He
pisado tus calles
empinadas
con
prisa de turista, tu medina;
y he
visto repetida en cada esquina
historia
de tensiones no olvidadas.
Forja
del hierro, imágenes tapadas,
sombras
de ayer que nublan la retina;
tu
pasado, Vejer, se difumina
en
esas piedras viejas y enterradas.
Debajo
de tu iglesia, la mezquita
aún
gime. Son desnudo atardecer
tus
murallas, retazos de frontera.
Blanco
y azul tu viento, alerta grita
sobre
el mar y el valle. Amanecer
de
encina, pino y cal en la ladera.