31 de mayo de 2018

ABRIERON LOS OBREROS DE LA TARDE

Abrieron los obreros de la tarde
las compuertas del aire, desplegaron las nubes
sus mantas grises
de formas inconstantes.
Reflejaban las aguas la andadura
de la luz desde el ser hasta el oscuro.

Maneras de la vida cambiantes y sin dueño
que pasan susurrando en un ir y venir inagotable y único.

Así me siento yo,
hojarasca de mayo que se agita batida por el viento.


29 de mayo de 2018

NOS HACEMOS LOS CÁLCULOS PRECISOS

Nos hacemos los cálculos precisos,
sumamos, dividimos y restamos
y las cuentas no salen nunca exactas.
Multiplica la vida su problema.

Siempre sobra un tumor, una condena,
una ola de calor, quizá un deshielo,
una herida que lastima o cerró en falso,
el rumor de un futuro que no llega.

Siempre falta la sombra de un amigo
que su hueco dejó sin un “lo siento”
en minutos quemados por la prisa,
la palabra que es música y no ruido.

Números son, juguetes del azar
donde la exactitud es mito. Muere
lentamente la luz mientras contamos
los factores que sobran o que faltan.


26 de mayo de 2018

¿QUÉ FUE DE LOS POEMAS?

Después del primer caos,
después del desconcierto
no volvieron a oírse los cantos de las tórtolas.

Los mapas representan
el residuo inhumano de los amaneceres
y guardan las cenizas de los álamos.

La vida pasa,
igual que en los abortos clandestinos
siente estéril la sangre derramada.
Nacimiento fugaz somos nosotros,
la banalización de la pobreza.

Dejó de ser vivienda por su coste
la palabra que espera solamente
su derribo. Quedaron los poemas.

La mar hace inventario de sus bienes.


22 de mayo de 2018

LA OTRA UMBRÍA

Pretendo hablar contigo en esta tarde,
pedirte que regreses.

Devoró la semana uno a uno sus días
y los días sus horas de ceniza.

No pueden ser palabras
ni buque que transporte el corazón
a la otra umbría,
la bodega inundada de tu ausencia.

Te mando solamente mis latidos,
correos de la vida, por si acaso
pudieran recogerse en tu bandeja
de entrada, donde sólo se declinan silencios
y se enlazan vacíos.


18 de mayo de 2018

CONCIENCIA DE LA NADA Y EL VACÍO

Desde nada y vacío
yo vine al mundo,
un mundo de palabras.

“Período de oración”, jadeaba mi madre
mientras abría huesos para dar luz al grito
que forjó los sonidos de mi primera frase.

El reloj no obedece las leyes ni los códigos
de seres que no sean
el puro resbalar en la palabra.

Y aquel fluyente instante, que era yo,
articularse quiso en universo
consistente de símbolos que otorgara quietud
al deslizarse inquieto que nos tiene.

Nací de madrugada en el mercado
difícil de las voces.

Mis sustantivos tuve que escoger:
obra, mujer y muerte, que congregaron otros:
soledad, sueños, ojos y ternura.

Querían su adopción, el seno acogedor
de un discurso constante,
coherente, sembrado de sus verbos,
conjurando a pronombres y adjetivos.

Pero se despistaban conmigo sin saberlo
por los vericuetos de un aliento
salpicado de dudas,
arrastrado por lluvias amarillas
como un retrato ajado y desteñido.

Al tiempo y la palabra
llegué queriendo ser eternidad.

Pero, al fin, quedó sólo un círculo cerrado,
la conciencia de nada y del vacío,
el invierno callado de un silencio sin límites.