28 de noviembre de 2014

LA ESCUELA NORMAL DE AYOTZINAPA

Yo no soy un problema en este mundo loco.
Pronto me iré de aquí a ningún sitio,
la locura no fue nunca lo mío,
únicamente amé cuanto es preciso.
Filosofía enseñé y escribí versos.

Seguirá dando vueltas el planeta
alrededor de un sol que me fue cálido
y brillará la luna sobre el mar
en las noches de amor junto al naranjo
cuando ladran los perros a lo oscuro.

Yo ya nunca estaré, Amor, en la terraza,
pero seguirán vivos los vuelos de aguiluchos,
se agitarán cipreses y cantos de los pájaros
de soledades hartos, viajeros de la lengua
en el furtivo apego a la palabra.

Hay campos, tal vez montes, por donde los sentidos
galopan a su antojo. He de decir
-yo no soy un problema en este mundo loco-
que en tus ojos reposan las lechuzas
y que en mi desabrigo retozan madreselvas.

El gran problema de este mundo loco
son los cuarenta y tres asesinados
de la Escuela Normal de Ayotsinapa.


25 de noviembre de 2014

LA PALABRA SE QUEJA DEL OTOÑO

De la fugacidad
de este noviembre
para qué voy a hablarte.
La palabra se queja del otoño
y tañe recogida por los pájaros.

Va más que viene
amarilla, como hoja del granado
sobre la tierra.
La lluvia la dejó húmeda y frágil
con aroma de fruto abierto y cuarteado.

Siempre será, no obstante,
un universo mínimo en los labios,
la música sensual reflejo de dos lunas,
la partitura inédita 
que el tiempo balancea.


22 de noviembre de 2014

¿Y ESO QUÉ ES?

Después de ese momento
se acaban las preguntas
se acaban las respuestas
y todo el mundo doble
creado en los cerebros
se funde como un truco
de aquel inexistente
prestidigitador
que instauró el universo
en su irreal sombrero.

Pero ¿qué es lo que queda?
¿La oscuridad en la nada?
¿Nada en la oscuridad?

L’etre et le néant?

¿Y eso qué es?


19 de noviembre de 2014

EL PAN DE LA MAÑANA

Con la mañana llegas,
con la alegre sonrisa del pan tierno
y llamas a mi puerta dejando con tu bolsa
un antiguo deseo de saber
que no quedó perdido sobre una vieja tapia
en el apeadero forzoso de los libros.

Me preguntas por este incomprensible
universo que cruzas cada día
con faros encendidos para calmar el hambre.

No entiendes su posible y gris final
ni qué fuerzas lo obligan y lo avivan
ni cómo se coció sin un respiro
sobre los ingredientes
de materia, partículas y luz
su sopa cálida.

No son, según se dice, el tiempo y la distancia
ancianos que inseguros
bajan el ascensor de un edificio,

sino amantes que expanden
perplejos e impacientes las cenizas
de lo que fue
por el negro agujero de los siglos
y esparcen las semillas de aquello que será
sobre ardientes cunetas de estrellas moribundas.

Nadie sabe seguro
si la forma posible por venir
será cerrada, abierta o quizás plana.

Tampoco nuestro viejo y cruel mundo.

Me gusta imaginarlo dilatando,
contrayéndose,
como un gran corazón
que comparte consciente sus latidos,
mientras me desayuno con aceite de oliva
tu pan de esta mañana.


15 de noviembre de 2014

DE NOCHE

De noche, cuando sube la tristeza
y crece en propio mar vacía marea
quedan rocas y vientre, sola idea;
oscura idea del agua. No hay belleza.

No hay columpios de sol en la cabeza.
Dolor. El cuerpo solo el viento orea,
de arena y sal palabras balbucea.
De las peñas el ruido y la dureza.

No hay robalo, budión, breca, mojarras.
No hay azul. Es oscuro el oleaje,
el baile de invisibles mariposas.

Sólo llanto de moscas y cigarras.
De hormigas en cadena es el lenguaje.
La piel se cuelga triste de las cosas.