2 de agosto de 2013

CUANDO LA HIERBA GIME


He visto tres palomas en la acera.
Picoteaban. Se picoteaban.
Para vivir les basta esta paz
de la mañana,
las migajas que dejan los humanos
y la pasión azul del cielo y de los árboles,
ajuar del aire.

Prendida en la mañana la rama de una hoguera
nacida con el alba donde juegan las ardillas.
No hay veneno en el agua ni en la piel.

Yo me pierdo en la brisa, la palabra
del mar, la geometría salvaje del jardín.
Tú eres brisa, palabra y geometría
cuando la hierba gime.

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