9 de julio de 2015

CUANDO LLEGA EL CREPÚSCULO

He ido edificando paso a paso
un mar sin vendavales,
un refugio de pájaros tranquilos,
unos zapatos viejos para andar tus paisajes,
un sentido común con ventanas abiertas
y suburbios que anidan bajo el agua.

Ahí es donde vivo
con reflejos y sombras
de invierno y de verano esperándote,
donde huelen carissas y suenan los silencios,
donde los leños cuentan sus historias,
donde la niebla tensa la guitarra.

Vivir es restaurar antigüedades
cuando llega el crepúsculo
y tejen sin desmayo las alas del murciélago
los hilos de la luna.


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