28 de febrero de 2015

ENTRE GIRASOLES Y OLIVOS

Es el tiempo la realidad última,
rebelde al conjuro de la lógica...
Vivir es devorar tiempo: esperar.
Antonio Machado

Corrí entre girasoles
y olivos
devorando mi tiempo.

Si toda vida tiene algún valor
tú te quedaste
semidesnuda hilando
el planeta sin poros de los sueños.

La radio me distrae
mientras navego
entre suaves colinas vecinas del gran río
por donde se deslizan las horas y los nombres.

Mi lógica se acaba en aquel horizonte
rebelde en el amor, raíz de olivo
—tal vez de encina―
en donde late el último conjuro.

Toda mi realidad
a ciento diez  kilómetros por hora
ha sido imaginarte y esperarte,

contar contigo.

25 de febrero de 2015

LA OSCURIDAD Y LA LUZ PRECISAN DE TUS MANOS

La oscuridad y la luz precisan de tus manos
para oficiar las horas dentro de la liturgia
y de las danzas de la algaba.

El nacer y morir en lo profundo
del rito acompañan con música el misterio.

Yo me siento a la vez hipnotizado y ciego,
husmeo como un perro
entre tanto dolor y tanta guerra.


21 de febrero de 2015

SOBRE LA LUZ DE TU MIRADA MUDA

Me deleito en escribir un poema de amor
en este instante amigo.

Te acercaste a mi vida
con aquella mirada de mujer
vestida de mendigo.
Se durmió en la locura aquella tarde
por veredas de luna
que pintaban tu cuerpo
de golondrinas rosas, de hojas verdes
que enmudecen la angustia.
Mis pupilas llenaste de sigilos
donde se acuestan, cantan los poemas
y en los vacíos de la sangre fluye
la lengua. Lo que escapa a la rutina
etiqueta el delirio,
levanta los suburbios de uno mismo
y olvida el tic-tac de las agujas.

Alzamos nuestra casa
sobre la luz de tu mirada muda.


18 de febrero de 2015

ROJA VOZ DE LA BRISA EN LAS GRANADAS

Con gran asiduidad
la inquietud atenaza el corazón.

No se sabe por qué,
pero lo gris nos hiere
con su boca de barro.
Como noches anónimas
que llegan del pasado
librando sus murciélagos
nos deja su mordisco en la mirada.
Te cercan unas ruinas
que habías postergado
y anhelas las palabras
que ordenen los escombros.
Yo me dejo arrastrar
en ese instante
por la voz de la brisa,
roja voz de la brisa en las granadas.

Nada es seguro
en la hendidura gris.