30 de septiembre de 2019

EN MEDIO DE UN POEMA

En medio de un poema
está el inconfesable
caos de un corazón
como ciudad sitiada.

La palabra es asiento
de la leña que ardió
y aún alienta inmóvil
en las cenizas grises.

En medio de los libros
se inscribe aquella luz
que no existió jamás
y soñó la palabra.

A la mar van los ríos
a disolver sus cuitas.
No hay allá domicilios
para rumiar de nuevo.

En medio de las ruinas
perdieron las palabras
sus antiguos sentidos.
Sólo queda la muerte.


27 de septiembre de 2019

ABRAZO MI CAMINO

Abrazo mi camino
susurrando en silencio
las cosas que me gustan.
Deseo ser oído
por la lluvia y el aire
que junto a mí bostezan.
No quisiera cambiar
el aullido del lobo
ni maquillar la luna.
Pero me gustará
oír el cuchicheo
y el olor de tus sábanas.
No agobiaré tus dudas
ni descalzo andaré
por los modernos límites.
Viviré simplemente
los ruidos del barranco
con los ojos cerrados
y el canto del gorrión
que por el bosque vuela
y en mi terraza anida.

No me cabe otro juego,
mis fechas y contornos
dirimirá el destino.


23 de septiembre de 2019

CUANDO VUELVE EL OTOÑO

Cuando vuelve el otoño
me identifica el tiempo.
Yo nazco una vez más para el invierno.

Te amo en la penumbra,
en el asombro
que el estío dejó sobre los álamos.


19 de septiembre de 2019

MÁS ALLÁ DE LOS CÍRCULOS DEL FRÍO

Más allá de los círculos del frío
tus labios yacen cálidos
guardados en vasija
de barro y plata.

Poca leña se precisa
para encender su fuego.
Tal vez la curvatura de un relámpago.

Acaso unas palabras
como el viento que empuja a las ardillas
o quizás la mirada de un corcel
sobre el rayo caído.

Célame con su roce, desnuda mis sentidos
que no dejen de arder bajo el cálido tronco del olivo
donde el topo dormita.


16 de septiembre de 2019

NO MUESTRO MIS HERIDAS

No muestro mis heridas.
Lo que notas son sólo balbuceos,
goteos de la lluvia.

No amo las tormentas en la edad
que la hierba se seca por el valle
y es refugio del topo.

Talaron almanaques mis encinas,
justamente me quedan en el suelo
las bellotas perdidas.

Entre el yo, si es que existe, y la corteza
sólo abunda el vacío.