31 de octubre de 2015

LA NIEBLA DEVORÓ

La niebla devoró
disciplinadamente
la casa junto al río,
los árboles frutales,
el monte, su ladera y los caminos.
Luego, vino hacia mí,
penetró los cristales,
hizo el amor conmigo.
Sólo quedó de mí
una gota de agua
húmeda y gris
como la misma niebla.


28 de octubre de 2015

LA PIEL DEL TIEMPO

Pongo mis manos
sobre la piel del tiempo
para estrujar los días.

De mis propios recursos echo mano,
miro hacia dentro
para seguir viviendo.

Lo que me queda es zumo azucarado,
un hueco en el otoño.


26 de octubre de 2015

LA MAR LO ES TODO

Vuelve, que yo te note toda entera
en agua convertida, toda húmeda
como un mar, cobijando mi universo
desnudo y fatigado por mareas.

Deseo sentir prendida de mi piel
la luz del faro en tu ola recogida,
respirando en la playa con su larga
lengua largas caricias de la arena.

La pleamar sembró melancolía
en viejos recovecos y en las algas
y en la líquida luna de mis ojos.
Distorsión de la luz. La mar lo es todo.


19 de octubre de 2015

ARRASTRANDO LOS PIES

Arrastrando los pies
por hojas amarillas del recuerdo
pesan las sombras, pesa lo vivido.

Después de muchos días cae lluvia
fría sobre aquel cuadro
que pintaron los ojos
del búho. Se perturban los colores,
se descompone el agua.

Voz eres de acuarela en el país
de los sueños malditos
mientras las tumbas bailan.

Yo descubro la rama del olivo
que mide los latidos del otoño
y el mar que en mí renace abriendo las granadas.


14 de octubre de 2015

LA VIDA SE COMPONE DE INFINIDAD DE SUEÑOS

De tierra está tejidos aquellos que mi niñez hicieron.
Las vacas de mi abuelo, la paja de las eras, la sierra,
la aceituna, la sed del pedregal, el aullido del lobo
por las noches, la sombra del olivo y de la encina.
Aún a cereal mi frente huele y a manos de mi madre
haciendo el pan, a veces de cebada, otras de trigo.
En los hombros del padre la molienda, la paloma
torcaz y la escopeta, la codorniz oculta en la vaguada
y el pájaro perdiz en la ladera.

Asir la luz del cielo buscó mi juventud donde
el sentido se abre y el corazón anhela. De mar y sol
teñido el horizonte, más allá de esta vida
el pensamiento. Colegas de la sed amigos fueron
por una playa de oro sus pinares, idealistas y puros,
también, los campos yermos de Castilla,
que de álamos llené, cipreses y negrillos. Arboleda
de sueños que perfilan los paisajes del campo, del mar
y de la luz con la suavidad leve de nieve derretida.

Llegaste tú a mi vida al alba como un grito
de color por veredas de luna y de terraza. Volví a soñar
el aire, y el vivir pintó tu cuerpo de golondrinas
rosas en la tarde. La vega de ti llena, acurrucada
y húmeda. Derrotada la prisa, engendró un universo
donde sueñan brillando tres destinos.

Tejida está de sueños esta edad crepuscular.
Salgo a la calle y miro. La vida sigue su Ciudad
soñando. Baila al ritmo que marca el todavía,
aunque falten los víveres y oculto en las pupilas
no siempre salga el sol. Los ojos en los cuentos,
la mirada perdida, apuramos de un trago la luna
que nos dieron. Recorremos desvanes sin confundir
a nadie y guardamos en saldo no contable
para hacienda las risas que vivir nos procuran.

La vida se compone de infinidad de sueños,
un vacío perpetuo de silencios alimenta la muerte.