29 de abril de 2019

ME ES DIFÍCIL VER LAS GUARIDAS DEL VIENTO

Me es difícil ver las guaridas del viento
allí donde despierta la calima
y extiende su espejismo por las horas.

Entre él y yo jamás hubo consenso.
Nada mío retiene su partida
nada suyo provoca mi regreso.
Las rocas se deshacen como labios moribundos
y vuelven a temblar las ramas en el bosque.
Se levanta la piel de los cristales,
no pueden conciliar el sueño las ventanas.

Yo soy la calle donde nunca el día amanece,
donde las sombras llegan con gruñidos
y huyen igual que moscas envidiosas del aire.


26 de abril de 2019

MÚSICA Y PALABRA

¿Dónde está la palabra, corazón…?

Juan Ramón Jiménez



La música es la vida de los versos.
Los versos son la carne de un poema.
No hay poema si fallan las palabras.
La palabra no muere si la habita el poeta.

Mis palabras precisan encontrarse
a sí mismas, sinceras, limpias, solas,
emergidas del mar del corazón
sin temor a morir de insuficiencia.


22 de abril de 2019

LA LUMINOSIDAD DILATA LOS ESPACIOS

Dime aquello que quiero oír de ti:
que en la fría mañana donde toda eras río
gozaste de mis pasos
cruzando el descampado
por donde corre el agua,
que nunca se sintieron tus cabellos
en humedad tan encendida
viviendo con la música en los ojos
y el color de las sombras,
que la luz emigró por tus caderas
hacia todo tu cuerpo,
temblorosas las manos
bendiciendo el momento.

Dime aquello que quiero oír de ti.

La luminosidad dilata los espacios
bajando las colinas.


18 de abril de 2019

CUANDO LA SANGRE BROTA

Me combinó el otoño
en su vaso de hojas secas
con los vientos del norte.
No faltaba el olor de una mujer,
de rosas, pino y madreselvas.

Sobraba la cerveza
gritando en la distancia.

Me quemé los labios
y se abrieron mis carnes como surcos
al eco frío
de sus párpados vírgenes
y los cielos plomizos.

Siempre hay leños que informan
cuando la sangre brota.


14 de abril de 2019

UN PASEO DE RUIDOS ES LA VIDA

Transitan las mañanas por las mismas aceras,
pero serán distintas si se canjea la hora.

Te quedaste, mujer, entre las sábanas
soñando otros desnudos.

Camina la enfermera. No sé si va o vuelve,
se cansaron sus ojos de la noche.
Un rostro sosegado muestra el sol
verde en el tendedero.
Hace falta la lluvia,
el viento se llevó la nubes hacia el norte
y dejó por aquí las tierras secas
tocadas por colores del invierno.
En la fachada roja se sube una persiana.

Vuela la hoja en el viento artificial
del barrendero.
Nunca escribí su nombre
ni llegó a recoger entre sus hojas
el mío.

Ya han abierto los bares y el olor del café
remonta hasta las copas de los árboles
semidesnudos.
Circulan bicicletas como pájaros,
parpadea este abril.

Los niños en camino hacia la escuela
hablan con Nuba
la llaman por su nombre y ella acude.
Me voy quedando solo con los coches
que atraviesan las calles levantadas
y casi obscenas.

La vida es un paseo
de ruidos, lleno.
Consigo trae alguno un pentagrama.