La oscuridad y la luz precisan de tus manos
para oficiar las horas dentro de la liturgia
y de las danzas de la algaba.
El nacer y morir en lo profundo
del rito acompañan con música el misterio.
Yo me siento a la vez hipnotizado y ciego,
husmeo como un perro
entre tanto dolor y tanta guerra.
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