30 de julio de 2015

COMO LUZ QUE AGONIZA EN EL BARRANCO

Incomprensiblemente nuestra carne
se encoge en un instante,
amapola desnuda en un silencio
húmedo y tóxico
como luz que agoniza en el barranco.

Otra luna es posible,
pero hoy va perdida entre las nubes,
ahogada en un mar de soledades.

Y la piel se resiente sin el tacto
nocturno de otra piel,
disuelta en su dañado estancamiento
subterráneo. No hay  puente posible
de sol y madrugada.


El instante se espesa con la densidad negra de la muerte.

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