30 de julio de 2013

CUENTO MIS AÑOS QUE SE VAN HAMBRIENTOS


Una infancia se esconde tras mi vida.
Una madre, tres hermanos, trigales,
sierra, olivos y amapolas. Costales
en la espalda del padre dolorida.

Un carro, de candil luz encendida,
cuatro mulas, susurro de juncales.
En mi hoy, del ayer arden retales
y un indeleble aullar de loba herida.

Gira la noria y llena mis sedientos
surcos. Trigo apretado en la gavilla.
Bandada de caminos polvorientos.

Azadas, duros dientes de la trilla
cuentan mis años que se van hambrientos.
Doloroso final de la semilla.

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