¡Tantas veces me quedo sin palabras!
Cada cual
alojado en su mirada,
cada cual
agobiado en sus razones.
Deseo de
comprender
que siempre
queda ciego
como un
puente atascado.
Bajo la piel
aprieta el corazón
la fuga de
inasibles melodías,
la sed que
la tristeza en su camino
deja y que
entre las sábanas
blancas la noche
libra.
Aunque yo te
desnude y aunque tú
me desnudes
ni yo mismo me sé,
ni tú misma
te sabes.
Ni ambos nos
sabemos
el uno al
otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario