De la fugacidad
de este noviembre
para qué voy a hablarte.
La palabra se queja del otoño
y tañe recogida por los pájaros.
Va más que viene
amarilla, como hoja del granado
sobre la tierra.
La lluvia la dejó húmeda y frágil
con aroma de fruto abierto y cuarteado.
Siempre será, no obstante,
un universo mínimo en los labios,
la música sensual reflejo de dos lunas,
la partitura inédita
que el tiempo balancea.
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