22 de mayo de 2018

LA OTRA UMBRÍA

Pretendo hablar contigo en esta tarde,
pedirte que regreses.

Devoró la semana uno a uno sus días
y los días sus horas de ceniza.

No pueden ser palabras
ni buque que transporte el corazón
a la otra umbría,
la bodega inundada de tu ausencia.

Te mando solamente mis latidos,
correos de la vida, por si acaso
pudieran recogerse en tu bandeja
de entrada, donde sólo se declinan silencios
y se enlazan vacíos.


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