Citas al alba.
No sabes que es el alba quien te cita
y te acaricia cuando llega su hora
con su ser de impoluta leche
como a un recién nacido.
Ella roza tu frente, sopesa tu creencia,
se esconde en tus pestañas y en tus labios
con rosas germinados en la nada.
El valle se despide de la niebla
que jugaba contigo al escondite
entre los montes.
No dependen de ti los rostros
que sangran tu memoria
y que te hablan
desde su inexistencia,
desde la oscuridad dispersa de su noche.
Disfruta del instante y su pureza.
Amor se abisma en ti
y en libertad circulas.
Serás la nube blanca punzada por el viento.
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