Me
ha tomado la noche
en
su oscuro regazo,
me
tiene recogido
en
su cuento de estrellas.
Me
ha besado la brisa
fresco
viento del monte
con
olor a geranio
tomillo
y yerbabuena.
Tú
estás ahí, callada
como
penumbra tierna
amando
y siendo amada.
Murmullo
vegetal.
Hay
música de saxo,
sonido
de trompeta.
Tus
ojos son inmensos,
tu
vientre un ancho mar
donde
el calor engendra
nueva
vida; descalzo
he
regado las plantas.
Soy ansia
de crear
un
universo nuevo,
donde
sea señor
Eros
y la violencia
un
verbo sin sentido,
un
universo abierto
donde
dolor no quepa
corrupción,
hambre, muerte,
rencor;
sólo belleza.
Tú,
yo, la luz, la noche,
el
oscuro silencio,
instante
en que se funden
eternidad
y tiempo
mientras
duermen los niños
y
sueñan rutilantes las estrellas.
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