5 de mayo de 2013

PARA SENTIRTE, AMOR



Para sentirte, Amor,
solamente preciso
dejarte hablar despacio en el silencio,
conversar con la luz con que me arropas
y el canto apaciguado de los pájaros,
oírte reposando
en las ramas torcidas del anciano algarrobo
centenario que cubre con sus cuentos
la piel del horizonte.

No hace falta la magia de los sueños,
simplemente la fuerza fusionada
de palomas torcaces, encinas y amapolas.

Si el tiempo urge,
bastan los largos pasos de la mar
hacia la nieve,
la honda respiración del nuevo día
que recubre mi cuerpo con la sangre
que me llega contigo en rojo sol del alba.

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