La puerta de cristal se
abrió expedita
ante
el hombre cargado con sus bolsas.
Un
paso más y estaba solo, afuera.
Se
dijo entusiasmado: Compro, luego
existo.
Agachó
la cabeza
y
dio gracias a Dios, pues finalmente
había
hallado el sentido
irrenunciable,
la
única clave viable de la existencia humana.
...benditas compras!Que no se deje de comprar ese periódico por las mañanas, ese pan recién hecho al mediodía, un buen vino para los domingos y "eso"..., un capricho. Un beso muy grande Blas. Olga
ResponderEliminarNo está mal, Olga, que podamos comprar aquello que necesitamos. ¡Ojalá pudiera hacerlo todo el mundo! Pero la clave para hacer viable la existencia humana es mucho más profunda. Un beso. Blas.
ResponderEliminarNo es el comprar como el intercambio de dinero..son esos pequeños detalles que forman parte de tu vida y te hacen sentir vivo, es es el salir a la calle, pasear, encontrarte a un amigo, hablar con el quiosquero y finalmente comprar el periódico.Como tú dices, ojalá todo el mundo pudiera comprar cosas, pues la vida no es siempre justa con muchas personas, un beso muy grande. Olga
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