Descansa el sol en pozas del
poniente,
casona solariega
construida con el polvo de la mar
vacía de retratos.
Su largo sueño rojo de beso, nube
y óxido
con naufragios cumplidos
en bandejas de entrada y de
salida
es viaje de ida y vuelta extraño
y solitario.
¿Dónde, viajero, vas?
En la nada sin muebles
negocias bien barata tu
epilepsia.
Llegarás a destiempo un tibio
otoño,
cuando yo me haya ido.
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