18 de febrero de 2017

EL BAILE DE TUS MANOS

Aligero mi vida con el baile

de tus manos que ilustran los museos
vacíos de la luz con figuras del aire.

La belleza se acuesta en la pupila
de un lienzo y en los dedos azules como torres
de vieja catedral.

Quien no quiere crecer se queda ciego.
Acuden las palomas al chasquido
del color y al ajuste del compás.

Palmero es el otoño con suave taconeo
del pubis en la aurora.
Todo fluye. Vivir es movimiento.

No sé dónde aprendió tu cuerpo frágil
a calibrar la voz de la guitarra,
pero navega a remo sobre mares de cuerdas.

La vida baila en ti y suelta lastre.
Mi piel bajo tus dedos imagina la música
ligera como un verso.


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