No descubren
los hilos las distancias.
Tampoco las
revelan las ondas de la radio
o del
teléfono.
Yo busco un
tren de cercanías
donde juegan
al póker las palabras,
donde los
versos crecen en la hierba
y amanecen
los ojos con poemas.
Una novela
escrita por la lluvia
sobre las hojas
secas de este otoño
inundado de
setas
y azules
pensamientos.
Tú vendrás a
escribir sobre la luz
de mi
nostalgia
la semilla
que siembra deseo en la arboleda
y da
sustancia a todo lo que aflora.
Sentiré la
caricia de tus vírgenes ecos
entre los
viejos surcos
arados en mi
cuerpo.
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