16 de noviembre de 2013

EL GEMIDO DE LA LUZ

He observado el gemido de la luz
siempre absorta en el flujo
de las olas del mar.
Su destino es hundirse hasta los huesos
de los barcos vencidos,
dejar que se obscurezca su blancura
en la espesura fría.
Un gemido que es parto de los fondos marinos.

Cierro los ojos
y busco en la inquietud
sumergida viviente de mis sombras
la alborada perdida, como la leche tibia

en el circular vértigo del sol.

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