30 de mayo de 2014

MÚSICA DE FONDO


Siempre espero del aire una palabra.
Las orillas del cuerpo no encuentran su remanso.
Mis oídos se ahogan en rumores.
No transporta la sangre sus líquidas preguntas.

Igualmente callados están mis sentimientos
taciturnos, ocultos
náufragos en la máquina del tiempo.
Pero no estoy cansado.
Simplemente del barro
llegaron los silencios con el peso
gris de los peces muertos en los ríos
y el quejido sediento de los cauces
donde la luz se extingue.

Tengo todo el poder de mis sentidos
alojado en los labios
donde posan los pájaros
sus sílabas en blanco,
donde quema la niebla sus depósitos
de musgo en desaliento,
donde mi madre es muda
y mi horizonte acaba, sosteniendo
las notas de su música de fondo.

Siempre espero del aire una palabra.


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