3 de junio de 2014

ME DESPERTÉ A TIEMPO

No es fácil entrar en tu contorno
a través de mis manos abatidas
y avistar tus latidos.
Nos unen las preguntas, un reloj relativo
y unas paredes grises.
Palabras de otro tiempo
que esperanzas sembraron y pájaros nocturnos.

Sin embargo, esta vez
no despojó mi casa la apariencia
de una luna vacía
ni hubo gotas de plomo
que surcaran mi vientre.
Me desperté a tiempo.

Atravesé la puerta que me abriste
y encontré aquel extraño prisionero
dispuesto para oír el balbuceo
del universo entero
en la fragilidad de un beso
o en la luz desguazada de una idea.

La vida siempre fue verdad, latido
porque somos materia de utopía.
Nada nos pertenece, ni la niebla
ni el hueco entre las sábanas,
mientras alimentamos el desnudo
impalpable del vértigo.

Me has ofrecido, Amor,
mirar juntos al mar, sentir su desmesura.
Cantar contigo un cante de frontera,
hoy, precisamente hoy,
cuando se parten los relojes
y aún suena tu música.

Solamente nos quedan
playas y arena.


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