15 de septiembre de 2014

EL CALOR EXCITABA LAS VEREDAS

El calor excitaba las veredas
y el cercano pasar de tus desnudos
con aromas de olivo y de la encina.

Perspectivas de luz que me reducen
a un discurso del tiempo detenido,
a palabra quebrada en la pupila.

Pudo haberse evitado la ceniza,
pero el eco perdido de una radio
se apoyó sobre notas de otra música.

Entradas al asombro no hacen lluvia,
sin embargo, el desierto es un refugio
cuando la luz se lleva en la retina.


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