6 de marzo de 2016

LA NOCHE ANSÍA SU POEMA

No olvida el desayuno recordarte
que un nuevo día surge para amar,
que cada noche ansía su poema.

La vida va de prisa con la luz.
Se arrastra y se repliega con las quejas
del crepúsculo. Luego ya no somos.

 Somos la oscuridad que invita al verso,
 al bostezo insalvable de una cuenta
 abierta por el tracto de los cuerpos.

 No atenaza la noche la palabra.
 Va cayendo en el verso como el lúcido
 pillaje de unos sueños, el poema

 que dejaron vacío las hormigas,
 y que luego rimaron nuestras sábanas
 al cálido contacto de tus muslos.


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