Nadie
ha pedido aún demoliciones
y ya
me siento víctima
del
próximo derribo.
Viajero
de películas, de los informativos
he
visto los paisajes más sombríos
que
pueden describirse.
Y yo
me atrevo necio a hablar de soledades:
del
hambre y del dolor, la muerte, el abandono y la locura.
La
soledad existe y la miseria
pero
no es esta mía.
Soledad
es la nada turbia y lóbrega
a
uno y otro lado de la tumba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario