Algo
de mí se muere en el invierno
pero
llega el estío
y el
calor resucita la risa de la carne.
Se
disculpa el cristal de las ventanas
por
sus gotas de lluvia
y su
oscuridad gris.
Me
dices que descanse en la terraza
que
la luz del sol brilla en el granado
y se
acuestan los pájaros en hojas de la yuca.
Yo
viajo en la memoria y el olvido
y me
dejo arrastrar ensimismado
por
el agua del mar hacia el peñón.
Semidesnuda
posas entre rocas y música.
Los
pescadores dicen
que
el agua se alimenta de jugos de la luna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario