Nunca vieron tus ojos la luz que te esperaba,
gota
de agua pendiente de una hoja
colgada
en el olivo.
La
sala de hospital y el paritorio
quisieron
ser testigos del dolor.
Un
médico no es Dios y se equivoca,
ni
siquiera te dio tiempo para el ¡ay!
con
que inicia la vida el ser humano.
Yo
te vi un solo instante en una lágrima
perdida
en un suspiro. Aún te recuerdo,
tus
manitas cruzadas sobre el pecho
tan
pequeña y tan débil como un copo de nieve.
No
dejarás tu huella en las arenas
ni
beberás el agua de la fuente,
ni
escucharé tus risas por el móvil,
ni
contaré tu cuento.
Como
lluvia robada
sencillamente
humanos, más de una vez se muere
antes
de haber vivido.
Miles de lágrimas se agolpan en mis ojos...cuánto sentimiento y tristeza.. hoy me has llegado al alma, y he sentido tu pena.. no cesan de llegar lágrimas...un abrazo muy grande con todo mi corazón. Olga.
ResponderEliminarAcoges con mucho amor mi viejo dolor. Eres un cielo. Te quiero. Blasius
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