14 de abril de 2020

PIEL DE SERPIENTE

Ya han perdido sus hojas las acacias
y acoge a los arroyos
el temblor de sus cauces.

El aguacate suma las nieblas del invierno
a sus ramas torcidas
que arañan la mañana.

Los álamos permiten ver sus troncos
pelados por el frío
en sueño insoportable.

Los recuerdos resbalan por el monte
hacia el oscuro mar,
testigo alborotado.

En medio están los pájaros heridos
con agujas del pino
y el espacio cerrado.

Mi cuerpo se deshace entre las rocas
acechando el milagro
que nutre a los reptiles.

Tal vez pudiera ser piel de serpiente
que deja hueca el sol
prendido en los guijarros.

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