Con una toallita
limpio mis gafas
para ver si es posible
una Ciudad distinta
donde el amor madura
y normaliza al hombre.
Las pupilas no alumbran
no cambian las palabras
ni el dinero vacila.
Se evaporan los sueños
y la sangre recorre
las mismas galerías.
Yo ya no sé cuál es
la vía natural,
si será la ceguera,
el veneno en la lengua,
la deuda y el desahucio
o la muerte precoz.
No entiendo lo que veo,
estas gafas, mi amor, son de este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario