28 de enero de 2013

SALIMOS EN LA NOCHE


Salimos en la noche
a buscar unos trozos de madera
que avivaran el fuego.

Los troncos cortados de olivo
esperaban conformes
para esparcir su aliento cálido
por el salón
de la casa alquilada de Arcos.

Las paredes se habían
embellecido
adornándose con pinturas
de colores alhambra
y bodegones de ternura.

Como el verde que llena
los campos
y el agua que fecunda los surcos de la tierra,
se van llenando
de palabras las casas, de miradas y pasos,
pensamientos e imágenes, caricias,
de partes de nosotros mismos
y de otros que la luz no enseña.

La lluvia había vestido al pueblo blanco
de colores oscuros.
Sus calles empinadas sabían vuestros nombres,
su azahar habitaba en vuestros ojos,
sembrados
de números y fórmulas.

Bajo una manta
andaba yo atónito y despierto.

Por ese mundo,
que, como los dioses antiguos,
creasteis de la nada
cruzabais el umbral de las horas
fabricando sin tregua la trama de los días.

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