Tienes
un bello ritmo que entregar:
tacones
que retozan con el viento,
caderas
que recuerdan las gacelas,
brazos,
dedos que besan
las
copas de los álamos.
Lo
que yo puedo darte es poco, Amor:
versos
de un juglar viejo
y la
nube grisácea de mis manos
sobre
tu piel desnuda.
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