15 de marzo de 2013

PASEO DESNUDO POR LOS ACANTILADOS


Mansamente en mis manos cae la lluvia.

Me pregunto si todo está perdido
igual que este pendiente
que acabo de encontrar entre las hojas
del longevo algarrobo.

Sé que el barro no mancha
la acera de tus ojos
por donde tantas veces paseamos
las luces del invierno.

Lluvia y barro no escriben epitafios,
simplemente fecundan la historia de los nombres.

Bajo los pasos lentos del amor
deshice mis maletas y paseo desnudo
por los acantilados.

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