Anduve
por las copas de los pinos
murmurando
unos versos.
Pasaron
las ardillas
con
sus colas erectas
señalando
la colina.
Hay
muchos modos
de
decir en silencio,
el
clima es el lenguaje de los álamos verdes.
El
problema está siempre
en
comprender los signos,
sentir
el corazón que ocultan los atajos.
Yo
anduve por tus manos confiado
como
quien sube una colina,
seguro
de que eras tierra estable,
de
que la luz también existe
y el
mar siempre da cuenta de sus aguas.
Y no
me equivoqué.
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