Cada
mañana salgo de la casa.
Hace
frío. Las ocho y… es Noviembre.
Nuba
tira de mí hacia la calle
donde
esperan los niños que van a su colegio.
Apenas
luce el sol sobre los grandes plátanos
y
los repartidores diligentes realizan su trabajo,
Juan
Antonio y Cristóbal volvieron del mercado.
La
calle es el lugar donde comienza el día,
un
día con las horas bien marcadas.
Lo
saben las palomas, las urracas
y
los mirlos que archivan en la pequeña plaza
los
últimos residuos de la noche.
Muchas gracias por dedicarme este poema!!! Los aguacates han dado esta mañana su paseo matutino, del coche al colegio, del colegio al coche,jajajaja, espero verlo mañana en su paseo diario y poder dárselos. Un beso. Olga.
ResponderEliminarDominas ya el mecanismo de los comentarios. Eres fenómena. Me hará feliz que lo sigas usando. Los aguacates pueden esperar y seguir viajando. Lo único que siento es no haberme encontrado con una madre y dos niñas preciosas. Pero eso tienen de sorpresa mis paseos mañaneros con Nuba. Un abrazo y un beso para las tres. Blas.
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