29 de septiembre de 2016

SIN LUZ

En este veintinueve de septiembre
me han cercado las nubes de febrero,
las nubes que se instalan
dentro de ti
sin viento que remueva su textura
de oscuridad y frío.

Apagaron la luz,
también aquella luz de la memoria,
para dejar su baile de vidrio derramado,
su convulsión de charca estancada,
de fruto detenido, de tacto sin objeto,
de pupilas en sombra.

Han dejado mi cuerpo sudoroso
y a mis pies abrazando la almohada.
Perdida entre las sábanas
la bruma duerme.
Tal vez alguien ascienda a la colina,
necesito un abismo como vientre.

Mis ojos son colinas
recubiertas de hormigas,
de musgo y de hoja seca.


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