El infinito no es aquello
fuera de lo cual no hay nada,
sino aquello fuera de lo cual
existe aún algo.
Aristóteles
Un continuo nacer y
perecer,
bañarse el mar de
madrugada
en un día distinto
y nuevo.
Conectar un momento
con el todo
al que te unió
hilo de seda,
que el instante se
abre al instante
y no es un traje
o sexo no indicado
para el ruido.
Bajar la arqueología
del deseo
hasta la almáciga
donde no existe
lo más pequeño,
donde la realidad
se trueca en fantasía.
Encontrarte la vida
y luego darle el
pecho.
Tus brazos abolieron
la quimera.
Esperarás mi cuerpo
siempre, siempre
a partir de esta
música de enero.
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