13 de junio de 2012

CUENTO DE UN APARCACOCHES


Duermes sobre papel cartón.
Extendida, la acera
te ofrece amplio regazo
sin pasarte factura.
Pasaron por tu lado
los fríos del invierno,
arropándote en plástico
con ojos perplejos de niño.

También la primavera te dejó
en tu cuerpo maltrecho
su tacto vegetal de nieve derretida.

El enjambre infinito
de las cosas, pequeñas o muy grandes,
era en ti indiferencia.
Un único y desapacible grito
de soledad y droga
las había arrojado a aquel vacío
donde los límites se pierden
y las magnitudes no existen.

Los coches habían pagado
a tu gorra azul su último tributo,
cansados de dejar 
por las calles del humo
su descarga de ruido.
Tú habías dejado de cantar,
gritar o pedir insumiso
el favor de un café.
                                                 
Transité por tu lado entre sonrisas
deseándote suerte. Recogí
tu regalo de ausencias:

vivir sencillamente
abandonado en el instante.

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