Te escribo,
Amor, sobre ciertas reflexiones
que me inspira este frío mundo
de metal en
que vivimos
y para
hacerte un ruego...
¡Desnúdame!
Nos
vamos arropando con los años
de
tantas cosas, Amor.
Yo me pregunto:
¿por qué?
¡Desnúdame!
Si todo
en esta vida tiene un precio
y el
precio es la libertad,
prefiero la
desnudez.
¡Desnúdame!
Es
tan estrecho el tiempo de la vida
que se
pierde en un momento.
Aprendo a
vivir en él.
¡Desnúdame!
El
necio sufre hastío de sí mismo
y de
su saber el sabio,
si se
olvidaron de ser.
¡Desnúdame!
Del dinero me hablan. Es el Dios
que tenemos que adorar.
Yo soy ateo
e infiel.
¡Desnúdame!
A la muerte y la oscura soledad
negarse al Poder conduce.
De la
soledad doy fe.
¡Desnúdame!
¿Éxito?
Dame, Amor, lluvia, rocío,
dame
la fuerza de un árbol
la
savia que va por él.
¡Desnúdame!
Amo la luz,
el aire. Siento el sol.
Nada pienso
necesario.
Me haces
falta tú. Lo sé.
¡Desnúdame!
Consérvate bien.
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