3 de enero de 2015

TIEMPO DE AGUA

He pasado los años contando las ideas,
persiguiendo sin tregua igual que un búho
sus pasos por los libros y desvanes,
paseé por el ágora como un peripatético,
visité bibliotecas, el tiempo de los monjes
y hermosas catedrales,
acudí a ciertos foros, las universidades,
indagué el devenir de la palabra
en la otra mirada.
En congresos y círculos cerrados
soñé con el milagro
de un pensamiento claro,
me senté a rumiar el peso de los signos
con la luz de los cuentos, los ojos de mis hijos
y un libro de poemas fundido en amarillo.

Una vez que aprendí
que el amor y la luz de desigual manera
viajan siempre en el tiempo gris del agua,
resido en la penumbra
sobre la luna pálida de mis incertidumbres
y puras soledades.


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