10 de marzo de 2015

UN ATASCO DE MUSGO

Los sueños del invierno se hacen largos.
Ya la acacia tiró todas sus hojas
y abandonó sus lágrimas la lluvia en los cristales.

El sol, un personaje de novela
negra, se esconde tras las nubes arrastradas
por la pasión del viento.

No parece tener fin esta oscuridad
que poda esta mañana de invivibles ausencias.
Los espacios respiran frío y sombra
y el tiempo coquetea con la nada.

Yo ya no existo. Al tronco del planeta
solamente le queda un atasco de musgo.


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