3 de enero de 2017

DEJÉ DE COMPUTAR EL TIEMPO

Hace años dejé de computar el tiempo.
Sin él no me concibo
pero no me obsesiona.

Me abandonará pronto en su cuneta
como a un juguete
que ya hizo su avío
sin que lloren las horas
ni el antes ni el después,
los números que miden
el movimiento
que registra el reloj.

Prefiero obsesionarme
contigo y el frescor de la mañana
de este enero que pisa las aceras
hermanado con risas de los niños
y ladridos de Nuba.


No hay comentarios:

Publicar un comentario