22 de julio de 2019

NO. YO NO PUEDO PENETRAR

Buenos días, Amor.
¿Me enseñarás cómo llegar a ti
por el camino más corto?
Te escribo, mientras cavilo,
sin recursos, sobre tu ser
hecho de compás hondo y lejano,
de agua única y gacha mineral.

No. Yo no puedo penetrar
en tu espejismo de trigales,
encina y sombra,
en tu amarga soleá de agua
-del Chimuza, Caycuta, Rozaymí-
y gacha mineral.

Tu mirada se pierde,
como tu cante,
por la cuesta de los olivos
en la rambla maciacerrea
entre harapos de espacio,
                                         cuevas de viento.

No. Yo no puedo.
Te dejo ir,
testigo mudo el Jabalcón
pintado de acuarelas.
El aire huye.

Fluye en el ritmo
de las almendras de tu infancia
sobre la brasa azul
                                         del compás del desierto.
                                         Taconeo de nubes desgarradas.

Pañuelo de nenúfares.
que cubren en un escalofrío
la garganta del tiempo.


Consérvate bien.






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