En los
frutales duerme
verde el
silencio.
Chispas de
otoño
en la
quietud
de su
penumbra.
En la página
en blanco de mi piel
se ahonda el
tiempo
que allega
todo el mar en una ola
y ahonda el
corazón en el crepúsculo.
Mis ojos son
umbrales cubiertos de hojas secas.
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