2 de agosto de 2019

CADA VEZ QUEDA MENOS DE UNO MISMO

Cada vez queda menos de uno mismo.                                     
Aquí vivimos muertos. El griterío crece.
Yo quisiera que el ave del destino
se parase un momento en la estación
del desalojo,
que trajera fortuna en su moneda
y el reloj anunciara cadencioso
la nueva temporada.
La tierra se resiste. Estos días no hay cánticos.

Pero si tú quisieras, pondríamos exvotos
en los húmedos muros de la cueva.


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