En
el atardecer semejo un todo
al
hilo de la ruina.
Me
llegan las noticias
de
aquellos que inundaron el oscuro.
Son
delgados los bordes de la vida
igual
que el espejismo
que
nace del relámpago
y se
esconde en el trueno,
reflejos
de la luz en la memoria
del
mar.
Permanezco
sentado en la terraza
hundido
enumerando
ausencias
como otoños en bandada.
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