Buenos días,
Amor.
¿De verdad
crees
que ando
equivocado?
Te escribo
para insistirte,
en aquello
que otro día te contara,
para llevar
hasta ti
un grito de
desierto y soledad.
Igual que el cauce
de un río viejo
¡ay mi alfaguara!
seco voy
mientras el desierto avanza.
Terribles dunas de metal
ardiente, áridas.
Ni una brizna de hierba
donde antes fronda,
cauchil donde danzaba el agua.
Desapacible silencio
de galaxias en fuga
¡ay mi alfaguara!
sin el canto del cuco
entre la jara.
El viento frío,
la lluvia ácida,
sin fe en mi voz.
agujeros de ozono
ciervo difunto,
ave sin alas.
El
ruido insoportable
de
la vida
¡ay
mi alfaguara!
sin
cuerpos, sin aljibes.
Protestas
y pintadas.
Sólo un enjambre
de fotos pálidas
que nadie mira
y un demacrado hilo de teléfono
que nadie escucha.
Desnudas
salinas blancas.
Consérvate bien.
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