15 de octubre de 2019

MI MEMORIA

No siempre mi memoria es cristal reluciente,
ajada por la niebla doliente se desangra.
Se disipa su vida a bocanadas grises,
como el otoño deja sus hojas en mi puerta
gastada su dulzura, secas y silenciadas.
Me seduce el olvido con su tacto callado
y su amor sin promesas. Hoy, los hibernadores
del poniente vacíos me pedían la luz
que consumada fue en surcos de tu cuerpo
y el deje de tus labios. Tal vez fuera un desgarro.
En la niebla la luz concluye desangrada.


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